DESPACHOS A TODO EL PAÍS

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domingo, 7 de agosto de 2011

¿Ni gota de deseo? Lo que tú y tu pareja pueden hacer


El cansancio, el estrés, los niños, la rutina y hasta algunas enfermedades… todos esos factores se convierten en los enemigos del deseo sexual. Si tu pareja y tú están en un punto muerto, hay formas de recuperar tanto las energías como el interés. ¡No lo dejen para después!
La “eterna luna de miel” es sencillamente un mito y sería poco realista esperar vivir siempre un romance de telenovela, o una tórrida relación como las que vemos en las pantallas del cine.  Es normal que una pareja experimente altos y bajos en su relación sexual, así que tu pareja no es la excepción,.  Sin embargo, tampoco es normal y mucho menos  saludable quedarse en “cero”, sin ganas ni energías para el encuentro amoroso.
Hay muchos factores que contribuyen a desinflar la libido, esa energía vital y natural que nos induce a buscar y a disfrutar el encuentro sexual.  Dedica unos minutos para analizar cuáles de los siguientes factores pueden estar afectando tu situación:
  • Estrés, ansiedad y angustia: las presiones del trabajo, el desempleo, el nivel de ingresos, las deudas, la inseguridad ante el futuro, el estado de salud propio o de un ser querido, entre otras causas, generan un nivel elevado de estrés que no conduce a un estado de ánimo propicio al encuentro sexual.
  • ¿Qué tal anda el resto de la relación? Los conflictos sin resolver, los resentimientos, peleas o discusiones por causa de los niños, los suegros, el dinero y cómo se gasta…todo eso se va acumulando como una pared entre ambos dificultando la comunicación efectiva y disminuyendo la intimidad. El resultado: menos sexo y menos satisfacción en el encuentro de pareja.
  • Exceso de alcohol y uso de drogas: una copa puede hacernos perder inhibiciones y hasta ponernos alegres. Pero en exceso, el alcohol y las llamadas drogas recreativas puede ocasionar el efecto contrario: puede dificultar las erecciones y la respuesta sexual saludable.
  • ¿Están durmiendo bien? Cualquier cosa que esté afectándoles el sueño (las mismas razones que les causan estrés), en su entorno laboral o familiar, o problemas físicos como la apnea del sueño, los puede mantener agotados y puede robarles las energías, las mismas que necesitan para las relaciones sexuales.  Recuerda que la fatiga y el sexo son incompatibles.
  • Cambios en la familia: ¿Tienen parientes viviendo con ustedes? ¿Han regresado uno o varios hijos a la casa y han perdido su acostumbrada privacidad? O quizás se trate de un bebé que ha llegado a la familia y ahora duerme en la cama con ustedes. Ni los niños ni la familia tienen por qué afectar el sexo, a no ser que contribuyan a interrumpir la intimidad y la privacidad necesarias para el encuentro sexual.
  • ¿Toman algún medicamento?  Muchos pueden afectar la libido, entre ellos algunos de los  antidepresivos,  de los antihistamínicos y de los que controlan la presión arterial. También repercuten en la libido algunos de los tratamientos de quimioterapia y del SIDA.
  • Disfunción eréctil: la preocupación por “quedar bien” en el acto sexual puede generar estrés y ansiedad en el hombre lo que puede desencadenar un descenso de la libido
  • Menopausia: un desajuste de los niveles hormonales durante esta etapa también puede traducirse en menos interés y energías para hacer el amor
  • Problemas de autoestima: el exceso de peso, la obesidad, el descuido personal contribuyen a que tengamos una imagen muy baja de nosotros mismos y puede causar mucha frialdad en la cama.
  • Depresión: cuando estamos deprimidos no tenemos deseos de nada, mucho menos para hacer el amor. Puede tratarse de una condición crónica o temporal, provocada lo mismo por un desequilibrio químico permanente que por un evento transitorio.
¿Ya descubriste algunos que te afectan a ti? El primer paso es identificar el problema. El segundo: tratar de resolverlo. ¿Qué pueden hacer?

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